Honra Al Médico

(Antiguo Testamento)

-h. 200 a.C.-

Honra al médico por cuanto tienes necesidad de él; pues a él también lo instituyó Dios.

De Dios procede la habilidad del médico,

y del rey recibe obsequios.

La ciencia del médico le eleva,

y se mantiene delante de los nobles.

Dios ha sacado de la tierra los remedios

y un hombre inteligente no los rechazará.

¿No se endulzaron las aguas por un madero

para dar a conocer a todo hombre su potencia?

Y Él ha dado al hombre el conocimiento

para que se glorifique en sus poderosos obras.

Con ellas el médico aplaca el dolor;

asimismo, el boticario prepara sus drogas;

de suerte que la obra de É1 no termina,

ni el sano vivir desaparece de la faz de la tierra.

Hijo, en la enfermedad no te impacientes;

pero ruega a Dios, que Él te curará.

Aléjate de la falta y de la parcialidad,

y de todo pecado limpia el corazón,

Ofrece el incienso y la oblación con el memorial,

y haz sacrificios tan pingües como lo permita tu fortuna.

Mas da también lugar al médico

y no se aparte de ti,

pues también él te es necesario.

Hay un tiempo en que el éxito está en sus manos,

pues también él rogará a Dios,

para que le conceda lograr el examen del enfermo

y el remedio para su restablecimiento.

¡Quien peca ante su Hacedor sea abandonado a manos de médicos!